Todos tenemos algo que guía nuestras vidas. A muchas personas los guía la culpa. Viven huyendo de los fantasmas del pasado. Prisioneros de la culpa y de los errores cometidos en su vida. Destruyendo sus presente y su futuro con decisiones que no llegan por temores a fallar o entregar mucho de nuevo. Influenciados por la ira y el resentimiento. Aferrandose a heridas que nunca logran superar. En vez de sacarse el dolor por medio del perdón, lo repiten una y otra vez en sus mentes, sin entender que el resentimiento nos daña más que a la persona con la que estamos resentidos.
Mientras que uno se dejan influencia por los fantasmas del pasado. Otros siguen el camino de lo insaciable. El deseo de adquirirlo todo se convierte en la idea principal de sus vidas. Olvidan que las posesiones solo proveen una felicidad temporal. Una vez que tienes lo que querías, quieres algo más nuevo y diferente y la búsqueda se vuelve inalcanzable. Creyéndose esa mentira de que “Cuanto más tenga, más importante soy”. Guiados por la necesidad de ser aceptados, dejando que las expectativas de sus padres, conyugues, profesores y amistades controlen sus vidas. Intentando ganarse la aceptación de los que los rodean y cediendo a la presión del “que dirán” no dejan que su vida tome el curso natural de las cosas.
Ya lo dijo Jesús mientras estuvo en la tierra “De que le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma”. Puede que no sepa cuales son todas las claves para alcanzar del éxito, pero si se que intentar agradar a todo el mundo es uno de los primeros escalones al fracaso. Los temores y el resentimiento no pueden seguir haciendo mella en nuestra vida. Las personas que nos han hecho daño en el pasado no pueden seguir haciéndolo a menos que nos aferremos a ese dolor. A lo hecho pecho. ¡Lo pasado, pasado esta!
Sin un propósito claro en tu vida, seguirás cambiando de dirección, de trabajo, de relaciones, y muchas cosas más en tu vida, esperando que un cambio o golpe de suerte pueda resolver la confusión de tu corazón. Haces y deshaces pensando siempre “Esta vez quizás sea diferente”.
Si deseas que tu vida impacte. Enfócala. Ya deja de titubear. Olvida lo que queda atrás y esfuérzate por alcanzar lo que esta adelante. Alza tus ojos al cielo y busca respuesta en tu creador. Muchas personas se dan a la tarea de emplear toda su vida en que crear en la tierra un legado que los recuerde después de muertos. Sin saber realmente que al final, lo más importante no es lo que otros piensen o digan de ti, sino lo que Dios piense de ti.
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