El problema de la gente no esta quedarse corto de sueños, esta en dejar que otros los manejen por ellos. Los niños de pequeños creen, viven y hacen lo que sus sueños les dicen. Lo que se proponen lo logran. Pero en algun momento entre la niñez y la adolescencia se pierde esa chispa que provoca el fuego en nuestro interior. Cambiamos la alegría de lo desconocido por el miedo. En algun momento de la vida, sin darnos cuenta, dejamos que la gente ponga el dedo en la cara y nos diga que no somos buenos. Y cuando las cosas se ponen duras comenzamos a hacer lo mismo que hacen con nosotros, señalando a otras personas buscando a quien echarles la culpa, persiguiendo fantasmas y sombras en los colores.
Para nadie es un secreto que la vida no esta lleno de tardes soleadas y arcoiris en verano. El mundo es un lugar sucio, vil y salvaje, que no importa que hagas, o que logres va a venir y golpearte con toda su furia con tal de verte avergonzado y de rodillas. La vida te golpea y de destroza. Es la verdad. Pero en este mundo no se trata de que tan duro puedas ser golpeado, ni cuanto te lamentes por tus heridas. Se trata de que tan rápido puedas reponerte, devolver el golpe y continuar hacia adelante. Ese es el secreto de la vida: que tan duro golpees y sigas adelante.
No se trata de hacerse el golpeado, buscar sombras y excusas en los demás, eso solo lo hacen los cobardes. Nosotros somos mejores que eso. Hemos sido creados para cosas grandes. Marcar la diferencia. Hacer historia. Pero no se trata de simplemente decirlo. Hay que creerlo. Hay que hacerlo. Dejar el miedo, luchar con todo lo que tenemos. Esperar el golpe, recibirlo y seguir adelante. Nunca perder la perspectiva de lo que queremos. Vida solo hay una. Que no se apague la chispa que hay en nuestro interior.
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