Desde mi ventana: El ciclo sin fin.

Ya lo dijo Tom Hanks en la película de Forrest Gump:"La vida es como una caja de bombones, nunca sabes que te va a tocar." Cuanta razón hay en esas palabras. La vida da unas vueltas tan increibles que nunca dejan de sorprendernos. Momentos intensos llenos de calor y de dolor que se desarrollan y se desenvuelven de maneras inesperadas.Como dice dice aquella vieja canción de la pelicula el Rey León. La vida es un ciclo sin fin.

Recuerdo el día que mi padre y yo encontramos a nuestra perra Alka, en el fondo de un alcantarilla ahogandose por el agua que unos vecinos le echaban para que saliera de su patio o se muriera en él. Era una hermosa perra negra, que aunque poseía ciertos rasgos finos se veía profundamente demacrada y asustada. Mi padre no dudo un instante en lanzarse cabeza abajo adentrandose en las profundidades de esa alcantarilla para sacar a la pobre perrita (justo como en sus viejos tiempos de socorrista) y poder ponerla a salvo.

Mi hermano la bautizo Alka (de Al-cantarilla) y la perra, a pesar de que nadie la queria, logro hacerse un hueco en mi corazón. Compartio mi apartamento. Me esperaba en la puerta al levantarme y lloraba cada vez que salia. Después de Stanfo (mi otro perro) nunca vi un animal tan fiel en mi vida. Era juguetona, alegre, y siempre agradecida por el cariño dado.

La perra creció rápidamente y poco tiempo paso antes de darnos cuenta de una gran sorpresa. Stanfo, un perro american stanford de color cafe, y al cual nunca operamos porque era aparentamente esteril, en un momento que nadie se percató, dejo preñada a la recien llegada perra. Sin mucho escándalo los meses pasaron y la perra dió a luz a seis hermosos cachorros, una tarde de noviembre mientras cortabamos el césped en mi casa.

Luna fue la primera en salir. Una hermosa perrita de rasgos cruzados entre un galgo y un stanford. Mi madre, quien nunca en mi vida acepto un perro en la casa, se enamoró de la perrita. Cinco cachorritos salieron después de ella, y Luna se convirtio en la preferida de la casa. Semanas después todos los vecinos querian un perro de la perra que nadie quería. Alka se gano un hueco en el corazón de mi familia y se convirtio en la chineada de la casa.

Sin embargo, para bien o para mal, la vida es como una caja de bombones. Hoy hace un año, Alka fue atropellada por un carro. El impacto no la mató y tuvimos que sacrificarla para calmar su dolor. Su mirada de despedida aún esta en mi mente. Lo reconozco. Esa noche lloré como un niño. Seis cachorritos quedaron a la intemperie a pocas semanas de nacidos, sin embargo madre se hizo cargo de ellos como nunca lo imagine. De los seis, solo Luna se quedo con nosotros. Cuatro meses despúes Stanfo (que tenia 12 años de vida perruna) dijo adiós. Fiel hasta el final. Murió la madrugada del 15 marzo a la puerta de mi cuarto.

A esta altura del relato estarás preguntándote sobre la razón de este post. Pocos pueden comprender lo que se siente cuando se pierde un compañero (no una mascota que es diferente). Cuando falleció Alka pensé que jamás podría encontrar una perra como ella. La muerte de Stanfo fue peor. Mi más fiel compañero se había ido. Sin embargo la vida tiene una especie de círculos, regalos y sorpresas que nunca dejan de sorprendernos. El tiempo indicó que lo que pocos valoraron se convirtió luego en oro puro.

Luna no solo es una hermosa perra, sino que también es una mezcla de mis dos fieles amigos caninos. Tiene la chispa, la alegría y el cariño que caracterizaron a su madre y heredo hasta la saciedad el coraje, el valor y la fidelidad de su padre. Cada vez que la miro, es verlos a ellos. Es por eso que creo que la vida es como un ciclo sin fin. Llena de sorpresas como una caja de bombones. Dios sabe lo que nos corresponde exactamente a cada uno y suple cada una de nuestras necesidades.

Alka llego a esta casa como un regalo de Dios. Conquisto un espacio eterno en mi corazón y en el de nuestra familia. Su lugar es irreemplazable. Igual que el de mi perro Stanfo. Sin embargo Dios sabía el cariño que teníamos por ambos y nos regaló justo lo que necesitabamos. Hoy me di cuenta que Luna esta preñada. Todos quieren un perro de ella. La vida da muchas vueltas, siendo un circulo de acontecimientos que nunca deja de sorprendernos y regalarnos grandes momentos. Justo como lo decía aquella hermosa canción de la película El Rey León "seguiremos buscando, hasta encontrar nuestra gran legado, en el ciclo sin fin".

Canción con la que cierro este post. En honor a mis dos grandes compañeros: Stanfo y Alka. El ciclo de la vida del Rey León.