Desde mi ventana: ¿Estaras ahí?

¿Estarás ahí atrás de mí, cuando el mundo caiga? ¿Cuando el imperio de barro se derrumbe y quede toda a la deriva? ¿Permanecerán todos nuestros momentos en tu corazón cuando vengan los días malos? ¿Dónde estará tu mano cuando caiga? ¿Será de las que me señalan, o de las que me levantan?

¿Estarás para guiarme? ¿Acompañarme a través de este largo camino? No espero que me entiendas. No pretendo que me comprendas. Tan solo quiero que seas parte de esta aventura que llamamos vida. Te veo dormida y me pregunto si siempre nuestra historia será así de hermosa. Me pregunto si estarás a mi lado, siguiendo mis sueños, disfrutando mis anhelos, cumpliendo mi destino…

Miró hacia el cielo a través de esta gran ventana y me pregunto si alguien más estará pensando lo mismo que yo en este preciso momento. ¿Es la pregunta que carcome a todo ser humano por las madrugadas? Ver a la persona que amas y preguntarte si realmente será capaz de soportar, todas las manías, las locuras y el orgullo que llevamos por dentro, por más grande y molestos que sean.

Esa dulce y amarga desazón que acompaña los días y las noches. No es inseguridad. No es duda. Es parte de las interrogantes de la vida. Preguntas existenciales dirán algunos. ¿Estarás detrás de mi cuando el tiempo pase? ¿Podrá contar mi rostro con tu hombro para abrazarme cuando llore? Lo has prometido. ¿Pero realmente podrás cumplirlo? ¿Estarás ahí?