"La vida de un escritor no la definen la suerte ni el destino, son la pluma, el corazón y su mano las que determinan el curso de su camino". Uno no espera que la gloria toque a la puerta, se sale a buscarla en medio de la tormenta. Como decía Ian Fleming, "el problema de hoy en día es que arte de escribir novelas esta prácticamente muerto".
El escritor actual tiene miedo de oler el fracaso, de arriesgarse a ser pisoteado por la critica, de sentir el amargo sabor de la derrota y el rechazo, y todo esto se ve reflejado en su forma de ver el mundo, en la manera que dirige su vida, y principalmente en sus escritos. Textos que en lugar de acompañar las largas travesías en tren, avión o camas de hotel, intentan cambiar el pensamiento de la gente, o demostrar los altos grados de inteligencia o cultura que poseen.
Es cierto que hoy en día nada esta escrito en piedra, pero también es cierto que el autor de hoy en día vive el problema de la soledad en el gremio como nunca antes. Es por eso, que desde este espacio queremos lanzar la cuñita, y apoyar a todos aquellos que están hoy en día lanzándose a la aventura de conquistar su sueño literario. Tras meses de trabajo, Rincón de un escritor, ha preparado una serie de artículos, comentarios y reportajes en manos de los expertos en el genero, con el fin de ayudar a crecer el espíritu y desarrollar el talento de los nuevos compañeros que se unen a la brigada o refrescar las ideas de los viejos lobos de mar.
Y que mejor manera de empezar, que con el famoso Decálogo del Escritor realizado por el escritor Augusto Monterroso. 12 pasos que no son precisamente que no son una ley definitiva, pero que en lo personal ha colaborado mucho a desarrollar y formar ese carácter literario, tan escaso hoy en día.
Decálogo del Escritor
(Augusto Monterroso)
Primero.Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.(Augusto Monterroso)
Segundo.
No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.
Tercero.
En ninguna circunstancia olvides el célebre díctum: “En literatura no hay nada escrito".
Cuarto.
Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.
Quinto.
Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.
Sexto.Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.
Séptimo.
No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.
Octavo.
Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.
Noveno.
Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.
Décimo.Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.
Undécimo.No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.
Duodécimo.
Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratará de tocarte el saco en la calle, ni te señalará con el dedo en el supermercado.
El autor da la opción al escritor de descartar dos de estos enunciados, y quedarse con los restantes diez.
*********
¿Y si escribimos nuestro propio decálogo? ¿Que detalles no podrían faltar en tu manual?
0 comentarios:
Publicar un comentario