Desde mi ventana: Hillsong en Costa Rica


¿Qué importo esperar casi tres horas de pie ante el incesante frío y el dolor de una torcedura en el tobillo? ¿Qué importaba si la organización fallo en promoción y venta de entradas? ¿Qué afecto que no fueran “los titulares” del grupo? Nada de eso importo para los casi 2000 espectadores a dos funciones del día de ayer que se presentaron para el concierto de Hillsong en Costa Rica.

Fue una noche diferente. Un día especial. Como lo dijo uno de los guitarristas. “Esto no es un show o un espectáculo más, estamos en este lugar para adorar” Anoche no fue una noche para escuchar a uno de los grupos más reconocidos mundialmente por sus temas principales. Era una noche para adorar al único Soberano y Supremo Rey. Y así fue. Más de 2.000 gargantas levantando el nombre del único que merece toda la gloria y el honor: Jesucristo.

No me considero un fanático del grupo o del género musical. Sinceramente tengo poco tiempo de conocerlos, a pesar que una gran amiga a la que quiero demasiado me había hablado hacía mucho tiempo. Un par de disco escuchados me habían dado una buena impresión, sin embargo estar en el concierto de un grupo no es lo mismo que escuchar un disco. Personalmente he participado en cientos de conciertos (desde aquel Primer concierto de Maná en playa Jaco en los 90`s hasta el ultimo de Rescate en el 2008) sin embargo tengo que reconocer que si bien no ha sido uno de los mejores a los que he asistido, este dejo una huella interesante y profunda en mi vida.

Hillsong London (presentes en la velada de ayer) son de otra altura. No solo a nivel musical, y por su manejo del escenario, sino en su esencia personal. Sus integrantes pertenecen sin miramientos a otro nivel. Cualquiera que haya estado anoche sabe de lo que estamos hablando. No se trataba de un buen juego de luces, de montar un show o de ser figuras en el escenario. Se trataba de marcar diferencia. Compartir entre amigos y hermanos. De salirse un momento de lo ordinario y aprovechar para adorar y glorificar al que nos ha dado la vida.

Excepcional, maravilloso y espectacular se quedan cortos para describir lo vivido anoche. No se trataba del grupo, daba igual quien tocara, sino de la disposición de la gente: Vengo a adorar a mi Dios. Es cierto que es algo se puede hacer en nuestra casa, que no es necesario traer a un grupo internacional para hacerlo, pero también es cierto que siempre que se pueda reunir el pueblo de Dios para engrandecer su nombre, “juntos y en armonía” es una buena oportunidad para que haya celebración en la tierra y gozo en los cielos.

Gente de Colombia, Panamá, Estados Unidos, Londres, Suecia, Noruega, y Costa Rica. Un solo pueblo, sin importar lenguas o idiomas unidos adorando el nombre de Dios. Seguimos creyendo en ese sueño. Seguimos trabajando por verlo cada vez más real y tangible. El mundo es un buen lugar por el que vale la pena luchar.

Gracias Meli por ayudarme a descubrir tan impresionante grupo.


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Sobre el autor

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Escritor costarricense. Director de la Revista Level Up. Autor de la novela "El Hombre de la Rosa Negra" (ULACIT, 2009), y el microrrelato "Un café para celebrar" (Editorial Costa Rica, 2012). Actualmente se encuentra trabajando en su novela "Nueve minutos para la media noche" (2013).

Obras publicadas...



El Hombre de la Rosa Negra. (ULACIT) (2010) -Descargar-
Premio Joven Creación (Editorial de Costa Rica) (2012) - Descargar-

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