¿Se ha visto obligado a pronunciar un discurso ante un auditorio pendiente de cada gesto y cada palabra que sale de su boca y, llegado el momento, ha pensado que no podía articular palabra? No es el único; sentir un agudo pinchazo en el estómago momentos antes de hablar en público es un mal habitual, más extendido de lo que puede parecer a simple vista, y que no sólo padecen las personas más tímidas e inseguras.
Según un estudio reciente, un 25 por ciento de las población normal que nos rodean tienen un notable temor a expresarse publicamente cuando la situacion lo amerita. Ya sea al expresar un discurso, exponer un proyecto, o defender un argumento, cientos de personas en todo el mundo desarrollan un miedo interno de sentirse avergonzados cuando realizan sus platicas en publico. Sin embargo, según los especialistas, este miedo es una reacción natural que puede superarse facilmente con una serie de consejos y trucos que podemos desarollar personalmente en nuestro propio hogar u oficina.
Rincón de un escritor les trae una serie de "trucos", cortesía de nuestros amigos de Consumer Eroski, que permiten acertar en el modo de realizar una exposición oral y no dejarse atrapar por el miedo ni por el exceso de tranquilidad.
- Preparar a fondo el tema sobre el que se va a hablar. La mejor receta contra los nervios es conocer todos los detalles de la cuestión que se va a tratar, ya que dominar un tema proporciona confianza y da seguridad al ponente a la hora de explicarlo ante los demás.
- Conocer al auditorio ante el que se va a enfrentar. Es imprescindible que el orador sepa de antemano cuáles son los intereses del público y, sobre todo, su grado de conocimientos sobre el tema de la disertación.
- Contacto visual. Antes de hablar, debe atraer la atención del público mirando al conjunto del auditorio. Después, es necesario mirar a los ojos del público y observar sus expresiones, comunicarse con él.
- Hacer una exposición clara y ordenada. El discurso debe tener, claramente diferenciados, una introducción, un desarrollo y una conclusión para esto es bueno ytilizar un lenguaje claro, con palabras fácilmente comprensibles, pero sin caer en el uso de expresiones excesivamente coloquiales.
- Ser conciso. Estructurar bien el tiempo y no alargarse en exceso. Es preferible ser breve que no saber terminar y aburrir al auditorio. Tambien es importante estar preparado para improvisar. Acortar el discurso si observa aburrimiento entre el auditorio o ser capaz de introducir elementos que en principio no pensaba incluir cuando hay una buena respuesta por parte del público.
- Hablar despacio y vocalizando. Hay que cuidar de manera especial no hablar atropelladamente y "comerse" las palabras, lo que sucede de manera habitual cuando se está muy nervioso y se desea pasar cuanto antes "el mal rato".
- Utilizar un tono que muestre entusiasmo por el tema que se expone. Además, es imprescindible variar el ritmo para evitar la monotonía. Utiliza el humor. Sirve para relajar el ambiente y para despertar la curiosidad del público, pero hay que dosificarlo y poner mucho cuidado en no abusar ni intentar ser gracioso.
- Desterrar las coletillas. Nunca se deben utilizar expresiones como "¿verdad?" o "¿no?" como refuerzo al término de una frase.
- Sonreir a menudo, ya que una persona sonriente atrae la simpatía de los demás.
- Mantener una postura relajada y confiada. La expresión corporal es muy indiscreta y "el mejor chivato" de nuestro estado de ánimo.
Esperamos que estos consejos les sean de bastante utilidad a la hora de realizar sus futuras presentaciones. Según los expertos el esfuerzo, práctica y disciplina son las claves para desarrollar una correcta autoconfianza y así ir despejando con pequeñas victorias los inciertos y temores que se manifiestan cuando nos toca la tarea de hablar en público.
Fuente: Consumer Eroski, Hablar en Publico.com
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