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Rincón de un escritor les trae una serie de "trucos", cortesía de nuestros amigos de Consumer Eroski, que permiten acertar en el modo de realizar una exposición oral y no dejarse atrapar por el miedo ni por el exceso de tranquilidad.
- Preparar a fondo el tema sobre el que se va a hablar. La mejor receta contra los nervios es conocer todos los detalles de la cuestión que se va a tratar, ya que dominar un tema proporciona confianza y da seguridad al ponente a la hora de explicarlo ante los demás.
- Conocer al auditorio ante el que se va a enfrentar. Es imprescindible que el orador sepa de antemano cuáles son los intereses del público y, sobre todo, su grado de conocimientos sobre el tema de la disertación.
- Contacto visual. Antes de hablar, debe atraer la atención del público mirando al conjunto del auditorio. Después, es necesario mirar a los ojos del público y observar sus expresiones, comunicarse con él.
- Hacer una exposición clara y ordenada. El discurso debe tener, claramente diferenciados, una introducción, un desarrollo y una conclusión para esto es bueno ytilizar un lenguaje claro, con palabras fácilmente comprensibles, pero sin caer en el uso de expresiones excesivamente coloquiales.
- Ser conciso. Estructurar bien el tiempo y no alargarse en exceso. Es preferible ser breve que no saber terminar y aburrir al auditorio. Tambien es importante estar preparado para improvisar. Acortar el discurso si observa aburrimiento entre el auditorio o ser capaz de introducir elementos que en principio no pensaba incluir cuando hay una buena respuesta por parte del público.
- Hablar despacio y vocalizando. Hay que cuidar de manera especial no hablar atropelladamente y "comerse" las palabras, lo que sucede de manera habitual cuando se está muy nervioso y se desea pasar cuanto antes "el mal rato".
- Utilizar un tono que muestre entusiasmo por el tema que se expone. Además, es imprescindible variar el ritmo para evitar la monotonía. Utiliza el humor. Sirve para relajar el ambiente y para despertar la curiosidad del público, pero hay que dosificarlo y poner mucho cuidado en no abusar ni intentar ser gracioso.
- Desterrar las coletillas. Nunca se deben utilizar expresiones como "¿verdad?" o "¿no?" como refuerzo al término de una frase.
- Sonreir a menudo, ya que una persona sonriente atrae la simpatía de los demás.
- Mantener una postura relajada y confiada. La expresión corporal es muy indiscreta y "el mejor chivato" de nuestro estado de ánimo.
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Fuente: Consumer Eroski, Hablar en Publico.com
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