El tiempo pasa y nunca lo hace sin dejar huella. Es increíble hasta cierto punto ver como las ideas y pensamientos del ser humano pueden ser transformados a la luz de las sagradas escrituras. Hace un año me era imposible estar viviendo la vida de esta manera. No es que sienta que ya he alcanzado la meta, falta mucho camino por recorrer, sin embargo, veo las cosas de una manera diferente: Mi máximo deseo es conocerle a Él.
Muchas cosas han pasado en este año. Muchos han sido los caminos tomados y muchas cosas se han quedado en el camino. Tengo mis sueños personales, metas y retos por delante. “Todo hombre tiene una aventura que vivir, una batalla que ganar y una princesa que rescatar”, sin embargo, lo he dicho y lo sigo diciendo, todas las cosas que una vez desee tener, todas las experiencias vividas, todas las cosas alcanzadas… todas y cada una de ellas hoy las tengo por pura y mera basura, me importa poco perderlo todo con tal de alcanzar a Cristo. Él es quien me da la fuerza y pone el fuego en mi corazón para salir luchar día a día. Apartado de Él, nada soy. Nada puedo hacer.
Seguir su camino no es fácil. Nadie dijo que lo fuera. Pero como dice la canción de Gerardo: “Dios debe tener muy buenos planes, para que su caballo destacado gane”. Hay que soñar. Hay que pelear por aquello que uno cree correcto. El mundo es un buen lugar por el vale la pena luchar. Grandes cosas he visto en este año. Cosas mejores están por venir. Lo demás lo tengo por basura.
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