Cine: El Cielo Rojo

“Toda idea es considerada una locura hasta que esta idea tiene éxito” Mark Twain

¿Quien dice que no se pueden ir tras un sueño y verlo realidad? Mientras redacto este artículo me pregunto cuantas veces habrá escuchado Miguel Gómez la trillada frase “Man estas loco, esa vara es imposible”. Como muchos, posiblemente, un centenar de veces. ¿Cuantas veces les hizo caso? Ninguna.

El Cielo Rojo es una película que refleja esa ideología. Ir tras lo que la gente cree que es imposible. Porque eso fue lo que hicieron Gómez y compañía. Con poco patrocinio y poca ayuda, se lanzaron a la carrera de filmar una película en 17 con un presupuesto risorio de 2.000 dólares (lo cual no alcanza ni para filmar un video musical) y demostraron, con orgullo y con creces que se puede volver a creer en el talento nacional, que las cosas criollas tienen futuro, y que realmente se puede lograr aquello que uno se propone, a base de esfuerzo, coraje y pasión.

Escrita, dirigida y vivida por Miguel Gómez, El Cielo Rojo es una película que nos hace creer nuevamente en el talento nacional, y no solo lo refleja en sus gráfica, fotografía, y banda sonora, sino también en sus personajes, diálogos y críticas sociales. Alejándose de los errores de otros en el pasado, Gómez nos plantea una película entretenida, interesante y muy reflexiva.

La película, en aires de Roadmovie, y con una excelente narración y fotografía, trata acerca de la vida de tres amigos, Berny (el actor Mauricio Dapena), Manuel (Ricardo Rodríguez) y Néstor (Edgar Román), quienes acaban de graduarse del colegio y aún no han definido el curso de su vida. A ellos se suma un amigo un tanto mayor, Roberto “Gordo” (Allen Obando) quien trabaja en un call center de apuestas electrónicas después de haberse graduado y no encontrar el trabajo que había deseado.

Con actores jóvenes, sin poses, diálogos inteligentes y cotidianos, queda reflejada una juventud emergente que intenta sobrevivir en la actualidad de un mundo cambiante que pierde la perspectiva. Una juventud que apoya y defiende la identidad nacional, que cree en un amor mucho más solidario y menos estereotipado que la generación de sus padres y abuelos y que sigue creyendo que es posible cambiar las cosas si así se quieren.

Fuera de la euforia colectiva, El Cielo Rojo es un producto nacional que realmente vale la pena ver. Una película que te hace sentir como si estuvieras con un par de amigos del cole a los cuales tienes mucho de no ver. Divertida. Amena. Interesante. Real. El Cielo Rojo.

Calificación final: 7/10