Lo dije en días pasados: Pelea hasta el final. Lucha por lo que amas. Olvida la historia... secretos para alcanzar la gloria. Olvidar los imposibles. Merecido festejo español. Ya han pasado tres días enormemente merecidos de euforia, alegría y gozo para los aficionados del buen fútbol. Finalmente, después de largos fracasos, recordados papelones, injustos resultados, el fútbol hace justicia y el esfuerzo, la pasión, la furia, jugar mejor que el rival son premiados con creces.
Todo el sufrimiento de aquella eliminación temprana en el 98, rotundo fracaso en Corea 2002, el papelón del 2004 y la completa tristeza tras el "casi" en el 2006 fueron borrados con el dulce sabor de la copa. Aficionados españoles de todo el mundo saltaron a las calles tras el ansiado pitazo final. El grito fue uno solo: ¡por fin!
Valió la pena. No hay duda. Valió la pena todo el sufrimiento, valió la pena el dolor y las ansias de quedarse cerca. Importaron poco las sonadas ausencias (¿Raúl?) El fútbol trajo su justicia. 40 años después España es campeón. Valió la pena.
El fútbol que ha hecho España en este torneo será referencia para mucha gente durante bastante tiempo. A todos los amantes del fútbol nos gusta esto, queremos que la gente combine bien, que llegue a la portería contraria, que juegue buen fútbol. España lo hace. Grande desde el principio. Campeón invicto.
Grande España. Valió la pena todo el sufrimiento. Somos campeones.
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