El mundo es muy pequeño para los dos...

Luces rojas, truenos en el cielo, y un disparo en medio de la oscuridad. Amargo despertar. Reconozco el sonido de la maquina de hospital. Su lento e intermitente piteo nos recuerda que es un milagro el estar vivos. Las agujas en el brazo. La máscara de oxigeno apretada en nuestra cara. Señales de una batalla que le hemos ganado a la muerte. De momento. Es poco lo que recuerdo. Las imágenes de lo acontecido son fantasmas del pasado que se esconden entre los vacíos que hay en nuestra memoria. Como viajeros en el tiempo, los recuerdos aparecen en el peor momento, vienen sin avisar en medio de la noche, atormentando nuestro sueño, y dejando que nuestra mente naufrague en un mar que esta más lleno de dudas que de respuestas.

Es lo más extraño de todo esto. El no saber que fue exactamente lo que paso. Las enfermeras no pueden tocar siquiera la tela que cubre el lado izquierdo de nuestra cara, sin que los más increíbles tormentos despierten en nuestro cuerpo, y no sabemos cual es el motivo o la razón de nuestro dolor. Todo lo que sabemos, viene de las voces que escuchamos y no vemos. La joven que limpia nuestro cuarto. El señor que nos acompaña hasta el baño. La amable señora que nos brinda abrigo y comida noche tras noche. Como piezas de rompecabezas, cada quien tiene su versión de la historia.

Fuimos encontrados agonizando en medio de la lluvia, como animal a la intemperie, protegidos solos por el oscuro cielo. La joven, asegura que fuimos victimas de la casualidad. Mal lugar, mal momento. Una bala perdida en medio del asalto que ocurrió la noche que fuimos encontrados en ese callejón sin salida. Fue la noticia del momento, me comentó una vez el viejo. En pocos segundos, tres ladrones se infiltraron en las instalaciones del Banco Central, amordazaron los guardias de seguridad, y arrasaron con todo lo que había en la sucursal. Dos veces a la semana un par de policías vienen a visitarme, sin embargo la señora que nos trae la comida dice que la doctora que esta a cargo de mi observación, no los deja pasar.

Sin papeles, sin identificación, y sin que ninguna persona haya venido a reclamarme, nadie sabe como tuve la mala fortuna de estar esa noche en ese maldito lugar. Amnesia temporal. Es lo que han dicho los médicos. Sin embargo, poco a poco, las imágenes comienzan a llegar a nuestra mente. Recuerdo el callejón. Lleno de mugre, basura y excremento. Puedo sentir de nuevo la lluvia golpeando nuestro cuerpo, y el dolor y la sangre recorriendo nuestro rostro. Meros recuerdos oscuros y difusos. Hasta que una noche escucho su nombre.

Es el viejo que nos acompaña hasta el cuarto de baño quien se encarga de traer todo de golpe. La actualización de las noticias de la mañana. Andrea Calderón la hermosa presentadora de espectáculos fue encontrada muerta en su apartamento. Sobredosis sentenció el viejo. De repente, todo se vuelve claro. Nuestro nombre, nuestro gran amor y nuestra acelerada vida afloran en cada esquina de nuestra mente. La oportunidad de nuestras vidas. El golpe de suerte que nos sacaría para siempre de la pobreza. La forma en que íbamos a darle vida a nuestros sueños. Todo se apago esa noche.

Aún recuerdo la aceleración en nuestro corazón. La gran noticia. La vuelta rápida que dimos en esa esquina. Su cara mirándonos fija y tiernamente a los ojos. El profundo amor que había entre los dos. La lluvia sobre nosotros y ese candente beso. El frío del acero en nuestra frente, y sus palabras volviendo lentamente del olvido. "Lo siento amor, soy una chica ambiciosa, y este mundo es muy pequeño los dos". Un trueno en medio de la oscuridad. El sonido de las sirenas a lo lejos. Nuestro cuerpo chocando contra el pavimento. Ahora lo recuerdo... 

Punto y aparte... 

Se fue el mes de Agosto. Un mes con muchas sorpresas y grandes alegrías. Ya son 24 años los que llevamos caminando por estas tierras y cada vez estamos más agradecidos con lo que Dios nos ha dado en la vida. Llega Septiembre lleno de metas e ilusiones en el aire. Dos fechas para reflexionar y celebrar a lo grande. Mes de la Patria y mes de los niños. Sentirnos orgullosos de la nación que nos regalaron nuestros padres, y seguir construyendo el futuro que heredaremos a nuestros hijos. Por eso quiero motivarlos a que no seamos meros observadores, participemos activamente, porque no importa el teatro, ni las circunstancias, el poder de cambiar la historia esta nuestras manos. Los dejo con una hermosa canción de un grupo costarricense llamado Mal País que encierra aquellas aventuras que disfrutamos desde niños, llena de matices y colores, y el profundo amor que tenemos por esta hermosa tierra que nos vio nacer (ver vídeo)

Entonces fue que fuí, de nuevo un guila correteando en los potreros, loco y descamisado me perdí, en un verano de caminos polvorientos, se que talvez no recordarás, los malinches floridos, aquel fuego se que a veces miró para atrás, pero es para saber de donde vengo

Gracias de nuevo por permanecer a nuestro lado. Se les quiere montones. Un enorme abrazo!

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