Desde mi ventana: Sin miedo a nada...

Cariño, ¿crees que hay alguien más en el mundo haciendo exactamente
esto en este preciso momento?. Eso espero, sino que se supone
que es lo que intentamos salvar... (Armageddon, 1998)

Miedo. El mayor enemigo de nuestros sueños. Temor al fracaso. A arriesgar de nuevo y salir lastimados. Interrogantes que flotan día a día en nuestras cabezas. Cárceles mentales que no nos permiten disfrutar de lo que ha sido puesto en nuestro destino. Un saco de traumas que arrastramos desde las profundidades de nuestro pasado y que nos negamos a dejar a un lado para continuar nuestro camino. Situaciones en nuestra vida que nos han golpeado en lo más bajo, y nos han hecho pensar de si realmente vale la pena tanto trabajo luchar por lo que soñamos. La diferencia entre lograr algo y quedarse con las ganas...

Esteban y Daniela son un buen ejemplo. Cuando se conocieron muchos apostaron a que su amor no era más que una pasión de verano. El de Costa Rica y ella de Norteamérica. Miles de kilómetros de distancia, pero un sentimiento profundo y sincero en su corazón. Quince días fueron más que suficientes para que ellos creyeran los contrario. Un año de noviazgo demostró que la distancia, el espacio y el tiempo no son nada, cuando se quiere con el corazón. Sin embargo los problemas estaban apenas por empezar. Solo Esteban sabe las veces que le negaron la visa para poder visitarla. Solo Dani conoce las ocasiones que juntos lloraron a miles de kilómetros unidos tan solo por la imagen reflejada en un monitor. Y la esperanza comenzó a perderse.

Lo mismo pueden contarnos Xochil y su hermana Aracelis. Los médicos le dijeron Aracelis que nunca iba a poder tener hijos. Sin embargo después de múltiples fracasos, oraciones y lágrimas, la vida les dio a ella y a su esposo la oportunidad de concebir un hijo. La alegría que vino con el nacimiento, se esfuma al saber que el pequeño tiene una terrible enfermedad que pondrá fin a su vida en un par de días. Todo el gozo y la felicidad se apagan cuando seis meses después la pequeña criatura retorna a los brazos de su creador. Y el dolor es demasiado grande para volver a intentarlo, porque el mundo se derrumba delante de sus ojos, y los milagros no suelen ocurrir dos veces.

Abril podría explicarlo esta última frase mejor que yo. En la cumbre de su carrera profesional, lejos de la tierra que la vio nacer, y tras la muerte de una de sus mejores amigas, los doctores les dan la peor noticia que una mujer joven puede escuchar. "Debes realizarte una mamografía". Es una remota posibilidad, sin embargo los exámenes lo confirman. Y en ese momento que empieza su lucha personal contra el tiempo, y contra un mal que afecta a miles de mujeres cada día. Una lucha por derrotar y sobrevivir al cáncer.

Sin embargo, aunque sus historias son tan diferentes como lo son el día de la noche, hay algo más allá de las dificultades y los obstaculos, que las tres tienen en común. Y es el tener la capacidad de dejar atrás el pasado, y tener valor para volver a soñar sin miedo a nada. Y es que si algo hermoso tiene la vida, es la forma en que se las arregla para seguir demostrando, que aquellas personas que deciden dejar la orilla y arriesgarse en alta mar, son capaces de encontrar el camino hacia aquel lugar que tanto han deseado.

Hace unas semanas, a dos fechas del día de la madre, Aracelis, contra todos los pronósticos, dio a luz a una hermosa y saludable criatura que vino a iluminar de nuevo sus vidas. Esteban y Daniela también son testigos de esto. Después de un año de matrimonio civil en Costa Rica, luchas en ambas embajadas y cientos de lágrimas derramadas, finalmente han obtenido el permiso para en dos semanas viajar a Estados Unidos y poder estar juntos de nuevo, hasta que la muerte decida separarlos. La enseñanza: No hay que darse por vencidos. El tiempo demostró que su amor era tan real como lo es la lucha que mi querida Abril le ha ganado en estos días a la muerte, al cerrar el ciclo de su tratamiento, y poder continuar con su vida normal y llena de felicidad, sin dudas y sin temores.

Y es precisamente lo que estamos haciendo en estos días. Finalmente hemos dejado atrás las dificultades de salud que nos azotaron hace ya unos meses. El sol vuelve a resplandecer en el horizonte. Nos hemos acomodado en nuestro trabajo. Y la vida no deja de darnos maravillosas sorpresas. Sin embargo, siempre es mejor de lo que esperamos. Y esto lo lo digo, porque cuando me pidieron que describiría a la mujer que siempre habíamos soñado, jamás pensé que a los meses, esas palabras se iban a convertir en una especie de profecía. Cuando escribí este post, tampoco se me ocurrió que lo que alguna vez comentamos, se iba a convertir en algo tan real. Porque en un momento eres una persona que camina por la calle de la vida sin preocupaciones, sin dificultad alguna y de repente, sin poder esperarlo, mucho menos advertirlo, tu vida cambia en fracciones de segundo.

Una flecha se clava en las profundidades de tu corazón y el mundo cambia para siempre. No puedes explicarlo, pero lo sabes. Nunca nada vuelve a ser igual. Te dejaste atrapar por sus redes. No existen las razones, no valen los porque. Un temblor aparece en tu voz. La sensación de que tu vida no esta completa, y que ha encontrado lo que necesitaba para estarlo, llena cada milímetro de tu pensamiento. Tus palabras se convierten en susurro y un pequeño agujero se abre en tu corazón. Las nubes que cubrían tu horizonte se van lentamente, y te dejas cuenta del gran misterio que ha sucedido. No pudiste evitarlo, no pudiste siquiera preveerlo: Te has enamorado.

Verte es un soplo de aire que me llena, me motiva, me mata y me vuelve a la vida. Es perder la noción del tiempo y del espacio. Es el hecho de saber que aún somos de carne y hueso. Que hay sentimientos inexpresables en mi cuerpo. Es sentir las estrellas y los planetas devorándome por dentro. Una brisa de aire fresco en pleno desierto. Un arroyo que llena de luz y vida cada centímetro de mi alma. Un mensaje secreto del cielo para seguir demostrándome que la vida es realmente hermosa, y que la mejor de mis historias, es la que estoy viviendo en este momento a tu lado.

¿Como lo haces? No tengo la menor idea. Pero tienes el encanto necesario para hacerlo real. Día con día. Sin proponertelo, sin pensarlo, te has convertido en el más hermoso y maravilloso de los regalos. Por eso preciosa, sea que lo sea que estés haciendo para mantenerme a tu lado, nunca dejes de hacerlo, porque cada vez que te veo, siento un fuego en mis adentros, que despierta sin pensarlo, consumiendo todos los miedos que hay en mi cuerpo, refugiandose, como un niño, tiernamente en tu mirada, deseando con el alma nunca ser separada hasta que pase la tormenta y amanezca tranquila en los brazos de la persona amada.

Por eso, cuando miro tus ojos sé que eres lo que siempre he querido. Y aunque lo quiera negar. La sonrisa que has puesto en mi rostro me delata. Eres la joven que cautivo con una mirada mi pasión y robo con un beso para siempre mi corazón. Te necesito y te quiero como el poeta añora el dolor, y el papel necesita un escritor. Podría gastar el resto de mi vida, libros enteros, en intentar describir lo que se mueve en mis adentros, y aún así no podría escribir una centésima de lo que siente mi corazón cada vez que me tomas en tus brazos. Eres todo lo que necesito y quiero.

Nunca dudes de esto preciosa. Todo lo que hay en mí.

Todo lo que siento, todo lo que soy. Es tuyo.

pd. Se que fue un post un poquito largo, pero tenía muchos días de no verlos, y en realidad era algo que quería compartir con ustedes. En la vida hay que tener valor para volver a soñar. Gracias a todos por sus buenos deseos de cumpleaños. La verdad, lo pasamos genial, y espero en estos días poder ponerme al día con sus sitios, porque no es broma que los hemos extrañado. Los quiero, gracias por seguir a nuestro lado. Un abrazo!