Superando el autismo en Costa Rica: la historia de Rebeca y Santiago | Revista Level Up

 Por Pablo Vargas | [email protected].

Los videojuegos y el control parental son factores claves en la evolución positiva de niños con trastorno del espectro autista (TEA) y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), casos de investigación desarrollados por la Universidad de Wisconsin-Madisone, el Hospital Infantil de Filadelfia y la Sociedad Internacional para el Autismo en Rotterdam, Holanda han demostrado con datos fidedignos que la efectividad, viabilidad y seguridad de los videojuegos como una herramienta digital para brindar una mejor atención y una mejoría general de los síntomas de TEA en niños menores de 13 años, según los últimos estudios publicados por el Journal of Autism and Developmental Disorders.


Hace dos años, tuvimos la oportunidad de dar a conocer el caso de Rebeca Castillo y su hijo Santiago, un niño que a través de la estimulación temprana, el involucramiento de su madre en aquello que a su hijo le apasiona y el control parental logró superar un diagnostico grave de TEA hasta mantener una vida completamente normal.

Y hoy, hemos querido dar seguimiento a su caso, para actualizar a nuestros lectores sobre como aquella historia amor incondicional y el control parental ayudaron a una madre y a su hijo a superar el autismo, sigue hoy más que nunca vigente, en los avances que Santiago ha demostrado tras dos años de apoyo incondicional de su madre y familia. 

Santiago y Rebe: dos años después...


Quienes conocen por primera vez a Santiago, difícilmente podrían adivinar que ese pequeño niño de largos cabellos que corre, ríe y disfruta como cualquier otro niño de su edad, superó un caso grave de autismo hace unos años. Santi es a todas luces un niño normal, y esto es gracias al trabajo y dedicació incondicional de su madre. Su sonrisa constante y dinamismo puro son contagiosos de primera entrada y mantienen a discreción una ejemplar historia de superación entre un hijo y su madre. 

"Cuando tenía dos años exactos, a Santi le diagnosticaron autismo. Fue un verdadero balde de agua fría. Es una noticia que ninguna madre espera. Cuando te dicen que por tener autismo tu hijo no va a poder terminar la escuela, ser independiente o tener una vida normal, eso te rompe completamente por dentro" comenta Rebeca Castillo sobre el momento en que los doctores le diagnosticaron a Santiago un caso severo de autismo que auguraba un duro camino para el pequeño y su madre. "Pero una vez que recibes el golpe sólo hay un camino: echarse a morir o luchar por superarlo juntos. Yo me sequé las lágrimas y le prometí a Santi que sin importar lo que dijeran los doctores, yo iba a creer en él. Le prometí que su mamá iba a creer en él y que lo íbamos a superar juntos".

Para Rebeca y Santiago el camino no fue fácil. Un año completo de estimulación temprana, involucramiento y mucha paciencia fueron piezas claves en el proceso para superar el autismo grave que a Santiago le había sido diagnosticado. Día con día. Ejercicio tras ejercicio. Con esfuerzo y ardua disciplina su madre asumió el compromiso de ser la base sobre la cual su hijo iba a construir un futuro de éxito. 



"Fue un proceso muy duro, porque pasábamos días de días sin lograr ningún avance o de repente retrocedíamos en cosas que habíamos tardado mucho en avanzar, como empezar a gatear cuando ya sabía caminar" indica Rebeca sobre el complejo proceso de estimulación y acompañamiento para tratar de disminuir la gravedad del autismo de su hijo. "Pero, final... a  puro amor fuimos saliendo con clases de estimulación, terapia de lenguaje, terapia ocupacional y natación sin parar un sólo díaCuando cumplió los tres años, el autismo de Santi había disminuido a los niveles necesarios para llevar una vida completamente normal... lloré de alegría. Habíamos alcanzado juntos la meta".

Rebeca relata -mientras nos muestra fotografías de su hijo disfrutando una enorme cantidad de maravillosos momentos juntos-, que la parte más difícil de lidiar con la condición de su hijo ha sido el estigma social y por ello ha invertido todas sus fuerzas en acompañar a su hijo en todo aquello que le apasiona. 


"Como cualquier niño, Santi ama los videojuegos y vestirse de super héroe, pero también ama dibujar y compartir con sus amiguitos y su familia" comenta con una sonrisa su madre mientras sostiene en brazos a su pequeña niña de cinco años, Emily. "Y lo es. Él y Emily son mis héroes. Ambos son mis principales razones para vivir. Y me encanta compartir cada día con ellos. Demostrarles a cada minutos que su mamá se preocupa por ellos y comparte lo que les gusta. Que tengan confianza y puedan disfrutarlo de forma sana". 

Dos años después, recordamos aquella hermosa foto de Santiago vestido con camisa de Super Mario y capa de Superman, mostrándonos feliz una foto en la que sale con sonrisa de oreja a oreja tras haber completado el videojuego de Super Mario 64. Él es feliz y su madre le observa orgulloso. Su complicidad es total. Santi es un niño más como cualquier otro que sueña con rescatar a la princesa del castillo, sin saber que para su madre, él y su hermana le rescatan cada día. 


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Sobre el autor

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Escritor costarricense. Director de la Revista Level Up. Autor de la novela "El Hombre de la Rosa Negra" (ULACIT, 2009), y el microrrelato "Un café para celebrar" (Editorial Costa Rica, 2012). Actualmente se encuentra trabajando en su novela "Nueve minutos para la media noche" (2013).

Obras publicadas...



El Hombre de la Rosa Negra. (ULACIT) (2010) -Descargar-
Premio Joven Creación (Editorial de Costa Rica) (2012) - Descargar-

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