Desde mi ventana: Runaway train...

Like a madman laughing at the rain,

A little out of touch, a little insane,

I bought a ticket for a runaway train,

(Soul Asylum, 1992).

El arte de saber esperar. Lo comentamos hace unos meses. La vida no es como un horno de micro ondas. Es una olla de presión a fuego lento. Un proceso donde las asperezas son limadas y las partes duras de nuestro ser son transformadas. Son años de trabajo, esfuerzo, madrugas de sacrificios, y mucha paciencia. Ninguna vasija puede convertirse en una pieza de arte sin ser pasada por el fuego. Necesita ser probada. Y es por eso que a muchos no nos gusta ser pasados por las llamas. Porque es el fuego quien define si estamos listos, o tenemos que ser devueltos al horno.

Sin embargo esperar, contrario a lo que muchos creen, no es quedarse sentado debajo de un árbol esperando que las cosas buenas de la vida les caigan del cielo. Es levantarse cada día y trabajar por las cosas que uno quiere. Un título universitario, un buen trabajo, un sueño no llegan a nuestra puerta envueltas en papel de regalo. Siempre he creído en esta vida que si uno quiere algo tiene que salir a buscarlo. Porque el éxito existe, pero solo seremos capaces de encontrarlo si estamos trabajando en ello.

Y es precisamente lo que estoy haciendo en estos días. Buscando nuestro sueño. Por eso me alejado un poco del blog en las últimas semanas. La oportunidad de cumplir nuestro sueño de ser escritor formal para una importante editorial en nuestro país se esta gestando en estos días. La competencia es dura, y se volverá más salvaje conforme pase el tiempo. De una selecta gama de escritores profesionales, solo uno tendrá la posibilidad de llevarse el premio mayor de verse publicado. Falta un largo camino, y la posibilidades (tengo que ser sincero) de que mi proyecto vea la luz son mínimas. Sin embargo hay un 1% de que este sueño pueda convertirse en realidad, y es todo lo que necesito para luchar por él.

Es por eso que en los próximos días se vendrán una serie de sacrificios para poder continuar con vida en el camino. Estamos en las últimas semanas de cuatrimestre, iniciando año fiscal en mi trabajo, y con un montón de proyectos por delante, pero es el precio que hay que pagar si realmente se quiere alcanzar lo inimaginable, sin embargo, tal y como se lo he prometido a mi pareja, amigos y familia, no voy abandonarlos: El blog continua. Una vez a la semana estaremos por acá compartiendo con ustedes nuestra vida, sueños y proyectos como lo hemos a lo largo de estos tres años. Así como también me estaré dando la vuelta por sus sitios para ponerme al día con sus aventuras. Es una promesa, y vamos a cumplirla. ¿Porque? Porque como este blog es nuestro Runaway Train, y ustedes nuestros compañeros de viaje. Por eso amigos, nunca vamos a dejarlos.

Punto y aparte...

Hoy esta cumpliendo años mi papá. Un hombre de esos que ya casi no quedan sobre la tierra, y al que siempre he visto con una mezcla de admiración, orgullo y respeto por todo lo que ha hecho y me ha enseñado en la vida. Porque no importa cuanto tiempo haya pasado, los problemas y la rebeldía que una vez experimentamos. El sigue siendo mi héroe. A su lado he descubierto el valor de la naturaleza humana. Lo he visto ser golpeado, azotado, incluso partido en pedazos, pero nunca lo he visto derrotado. Por eso siempre he sido franco en reconocer que todo lo que he logrado en esta vida se lo debo primero a Dios, y luego a mis padres, y hoy quiero dedicarle unas líneas al hombre que me no solo me dio la vida, sino que con sus palabras, consejos, y disciplina, me ha enseñado todo lo que soy. Feliz cumpleaños papá!

pd. Gracias a todos por acompañarme en esta aventura, un enorme abrazo!