Desde mi ventana: ¿Cuál es tu excusa?

Soy muy débil. Demasiado lento. Muy grande. Comí mucho en el desayuno. Me duele la cabeza. No puedo ahora. Esta lloviendo. Mi perro esta enfermo. No estoy inspirado. Soy alérgico a estas cosas. Estoy gordo. Demasiado flaco. Hace mucho calor. Tienen razón, no soy tan bueno. Me duele la cabeza. Estoy distraído. Me encantaría, pero no puedo. Esta por empezar mi serie favorita. Tengo que mucho trabajo que hacer para el Lunes. El Martes. El Miércoles...

Estoy harto. Ya no quiero hacer esto. Quiero hacer algo más. Prometo que lo haré el otro año. La semana que viene. No quiero cometer errores. Tengo trabajo que hacer. Estoy muy cansado. Ha sido un día complicado. Mi jefe me odia. Mi familia no me deja. Puedo salir lastimado. Esta muy oscuro. Hace frío. Esto es peligroso.

Perdón, pero quiero dormir. No quiero verme cansado. Necesito un mejor entrenador. Me duele el estomago. No soy del tipo atlético. No quiero verme sudado. Necesito una motivación. Y me duelen las piernas - No excuses - Matt Scott - Campeón olímpico en la categoría de basket en silla de ruedas.

Hoy he visto este video de Matt Scott, y no he dejado de pensar en la cantidad de excusas que ponemos día a día para no pelear por las cosas que realmente queremos en la vida. No es fácil. Son contadas las horas que tenemos libres en medio del trabajo, los estudios, la familia, y las responsabilidades de la casa. Al igual que muchos, hemos entrado en la recta final de este año laboral, quedan pocos días para terminar el cuatrimestre, y cada el calendario se hace más cercano a la fecha de cierre de nuestro nuevo proyecto literario.

Y es ahí donde hay que pensar, en medio de la madrugada, siendo los únicos que estamos de pie estudiando, escribiendo, o trabajando en el silencio de la noche, que estos obstáculos en el camino pueden ser excusas para renunciar a lo que queremos, o motivación extra para seguir luchando hasta el final. Prefiero la segunda que la primera, porque si algo me ha enseñado la vida es que las cosas no caen del cielo, y que ir por un sueño es tener valor, honor y compromiso con uno mismo. Valor para creer en lo que nadie más cree, honor para no rendirse a mitad del camino, y compromiso para no renunciar a lo que siempre has querido.

Nuestro peor enemigo no es nuestro pasado, ni nuestro futuro, sino las metas y sueños que tracemos sobre nosotros mismos. Cada persona forja su propia grandeza. Pero para que esto sea posible, es necesario dejar atrás las excusas, y encarar nuestra tarea sin miedo y sin arrogancia, pero con la confianza del que esta listo para darlo todo en el campo de batalla.

Y ese es el punto que quiero rescatar esta semana. Nadie va a luchar en nuestro lugar. Tarde o temprano, esa oportunidad que tanto hemos estado buscando en nuestra vida, estará esperándonos en el ring, y tendremos que tomar la decisión de quedarnos fuera del escenario, o atrevernos a dar el paso, subir al ring, y luchar con todas nuestras fuerzas por alcanzar ese deseo que esta en nuestro corazón. Nadie más puede hacerlo por nosotros.

Habrán heridas, y entonces muchos nos dirá que es imposible lograrlo. Que no vale la pena tanto sacrificio. Pero esa la diferencia que existe entre ser un rostro más en la multitud, o ir a buscar la gloria en medio de la tormenta. El coraje de saber que se puede fallar y aún así intentarlo. Ejemplos en la vida hay a montones. Personas que cayeron una y otra vez sobre el cuadrilítero, y se volvieron a levantar. Por eso no importa si nos tardamos toda una vida en lograrlo. Vale la pena.

¿Porque? Porque no conozco a nadie que quiera mirar algún día su vida en retrospectiva, y decir: ¿porque no lo hice? ¿porque no tuve el valor de luchar por ello, si realmente lo quería?. Es por eso que quiero preguntarte, mi querido amigo y amiga que tomas un momento para leer este texto. ¿Cuál cree que es tu excusa para no seguir peleando por lo que una vez soñaste? Y lo más importante, ¿que estas haciendo para cambiarlo?

pd. Pase lo que pase. No dejen de luchar. Que tengan una hermosa semana. Los quiero montones. Gracias por acompañarme. Un enorme abrazo!