(Desde mi ventana) | Pechan: el sentido de la pérdida y la esperanza...


Por Pablo Vargas | [email protected]

Los juguetes de apego, no son simples juguetes para los hijos(as), son sus amiguitos. Comen, se bañan, juegan y duermen con ellos. Eli tiene un cerdito especial que bautizó como 'Pechan'. Ella no se separa de él. Lo lleva a todas partes. El domingo estaba en todas las fotos de un viaje que hicimos al Museo de los Niños para que "Pechan se acordará de su primer paseo al Museo". Cuando se fue a correr al Playground, lo guardamos en el bolso. Cuando nos dimos cuenta que no estaba, el mundo se nos vino encima. 


Fue un un instante. De inmediato, le dimos vuelta al bolso y revisamos todo el lugar. No estaba. Eli entró en crisis. Repasamos cada foto y video del viaje para rastrear donde se había perdido. En un instante estaba con nosotros, al siguiente se había ido. Una tristeza terrible nos invadió. Al llegar a casa, Eli lo pidió. Quienes tienen hijos(as) saben el terror que eso significa. No se trata de un juguete, es su amigo(a) fiel. 


Fue un proceso duro, en el que tuvimos que aprender a lidiar con la pérdida; Pechan tenía un valor sentimental muy fuerte para Eli y verla llorando porque el chanchito no estaba e "iba a pasar frío porque no tenía su cobijita para dormir" fue desgarrador. Nos tragamos las lágrimas y gracias a los consejos de Catalina Badilla, la noche en que se nos perdió, le contamos a Eli que Pechan se había ido de paseo con su familia y le iba a enviar fotos y cartitas del viaje (mientras no dejábamos de buscarlo) y en caso de que no apareciera, se despediría de ella diciéndole que estaba muy feliz con su familia y enviaría un amiguito para cuidarla; cuando Eli se durmió, empezamos a escribir las cartitas que iban firmadas con una patita de cerdito que tiene de sello. Escribimos la carta de despedida y lloramos amargamente. Secamos nuestras lágrimas y empezamos a buscarlo. En cada tienda, en cada grupo, chat y rincón posible. 


Sabíamos donde lo habíamos comprado, pero ya no habían existencias. Buscamos en cada tienda del país. Cientos de  amigos(as) nos escribieron y ayudaron en el proceso de búsqueda por aire, mar y tierra. Y estaré eternamente agradecido por ello. Durante 2 días, escribimos cartitas de Pechan viajando por el mundo para Elizabeth mientras como locos, buscábamos su replica, hasta llegar a la dura realidad de que el cerdito era una edición genérica de la marca Ty, que no tenía siquiera nombre y echa a la medida para Perimercados, y cuando ya habíamos dado todo por perdido, Arm Ferchis nos dio una luz en el camino.


Una tienda en Tibás lo tenía en su catálogo, llamamos... estaban agotados. Pero, la llamada sirvió de algo. La muchacha, muy generosa, revisó el inventario y aunque ya no habían más, nos dio algo super valioso: su nombre. Con ese dato, nos fuimos a las oficinas centrales y ahí, con el nombre del producto, empezamos a rastrearlo en cada Peri del país, hasta finalmente encontrar que, al parecer, había 1 cerdito de un lote que nunca se vendió en Pérez Zeledón. 


"En inventario aparece, pero hay que confirmarlo". Esperanza e incertidumbre en partes iguales. Esperamos. Mientras la muchacha confirmaba, con el corazón en la mano y el Jesús en la boca, esperamos. "Dios, haz el milagro". La llamada corta. Y el silencio es sepulcral.  Unos segundos después. Una foto ingresa al chat empresarial. La sonrisa de la joven es indescriptible. "Lo encontramos". Lloramos.


Esa misma noche, Pechan cruza el Cerro de la Muerte. Al día siguiente, desembarca en la capital y viaja de regreso hasta la casa una niña de 2 años y 10 meses, que al verlo, lo abraza con locura. "Pechan, ¡volviste!". Su sonrisa, lo dice todo. Eli me mira. "Papá, ¿por qué estás llorando?" me dice. No me doy cuenta. "Son lágrimas de felicidad, papá esta contento de que Pechan ya está de regreso" le digo. Ella sonríe de nuevo y ella abraza a Pechan con todas sus fuerzas y le pone su cobijita para dormirlo junto al resto de sus amiguitos. 


Gracias, de corazón. 


A todos. A todas. 


Pechan volvió...


Y su sonrisa, lo vale todo....



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Sobre el autor

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Escritor costarricense. Director de la Revista Level Up. Autor de la novela "El Hombre de la Rosa Negra" (ULACIT, 2009), y el microrrelato "Un café para celebrar" (Editorial Costa Rica, 2012). Actualmente se encuentra trabajando en su novela "Nueve minutos para la media noche" (2013).

Obras publicadas...



El Hombre de la Rosa Negra. (ULACIT) (2010) -Descargar-
Premio Joven Creación (Editorial de Costa Rica) (2012) - Descargar-

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