Por Pablo Vargas | [email protected].
"The Dark Knight es una verdadera obra maestra. La nueva obra de Christopher Nolan pasará a la historia al adentrarnos en una trama sublime, intrigante y carga de fuertes emociones que nunca insulta al espectador, sino que al contrario le sumerge en un thriller policíaco que toma lo mejor del género noir -ese mítico ambiente de anti-héroes cargados de tragedias en los que hay pocos finales felices-, para regalarnos una jodida y hermosa obra maestra que cambiará para siempre la forma de retratar a los cómics en la gran pantalla".
Así arrancamos, hace diez años, nuestra crítica de cine de la incomparable 'The Dark Knight' de Christopher Nolan, en el sitio web que sería la base para lo que hoy es Revista Level Up. Muchas cosas han cambiado desde la tarde que salimos de la sala del cine con el corazón hecho un puño y las emociones a flor de piel, tras visualizar la que considerábamos la mejor película que se hubiese producido en la historia del cine de super héroes. Nuestra calificación final: un sólido 10 de 10 que igualaba la nota perfecta con la que habíamos calificado a 'El Padrino' en el extinta revista de cine 'Mundo Retro'.
Diez años después, la sensación es la misma: The Dark Knight es una obra maestra que cambió para siempre la forma de ver a los cómics en la gran pantalla. Christopher Nolan logró lo que nunca antes se había alcanzado en el género: hacer ver el cine de super héroes como algo real. Desde sus primeros minutos y hasta su sublime final, The Dark Knight nunca se sintió como una película basada en cómics, sino que al contrario, cada segundo del largometraje se percibía como un profundo y estilizado retrato de una sociedad compleja, cínica y corrupta que se ve perfectamente recreada a través de una serie de personajes cargados de matices grises que son la piedra angular de una exquisita atmósfera de misterio y fatalismo, en la que nunca hay verdaderos héroes o finales felices, sólo decisiones en la que los protagonistas cargan con el peso de sus propios pecados.
Temas como la anarquía, el caos, la justicia y la verdad se hicieron presentes para colmar las bases de un mundo oscuro, real y crudo con el que las personas fácilmente se sienten identificados. Una historia cargada de frases y escenas que llegan hasta los huesos en el continuo cuestionamiento de lo que realmente somos y queremos. De abrazar o no la realid que vivimos, y la forma en que la asumimos. Y eso es lo que hace tan real y tan grande la historia de The Dark Knight. El viaje hacia nuestro lado más oscuro en el arco de la historia de Harvey Dent es la piedra angular detrás de una incomparable obra maestra.
Porque al final, The Dark Knight no solamente se trata solamente de la lucha entre un masoquista multimillonario -que trata de enfrentar los fantasmas de su pasado golpeando criminales con sus propias manos-, versus un despiadado y sanguinario asesino conocido que ha puesto de rodillas a la ciudad con unos kilos de pólvora y unos cuantos galones de gasolina. Se trata también de la historia de un hombre atrapado entre el enfrentamiento de dos criaturas mitológicas, cada una de ellas igual de lógica y poderosa, buscando utilizarle directa o indirectamente en aras de cumplir sus propósitos más nobles o más oscuros; convirtiendo a Harvey Dent en la perversión de ese caballero blanco, íntegro y moralmente respetable que se convierte en el fiel reflejo de un hombre que lo ha perdido todo y en el que ya no reside ni una pizca de moral o esperanza.
Un mensaje que se mantiene a través de todo el metraje y se consagra en sus minutos finales para firmar una de las piezas más importantes en la historia del cine moderno. La pérdida y recuperación de la esperanza en un mundo en el que no existen matices. "O mueres como héroe, o vives lo suficiente para convertirte en el villano" es la tónica de un mensaje que queda marcado con fuego y nos regala la mejor interpretación de lo que representa realmente ser Batman. El peso de tomar la decisión que nadie más puede o quiere ser. La responsabilidad de encarar nuestros miedos. "Por que eso es lo que tiene que pasar. Por que a veces la verdad no basta. A veces la gente merece más. A veces la gente merece que su fe sea recompensada".
Y esa la sensación final que hace tan grande a The Dark Knight. La sensación de que nuestra fe y esperanza han sido fielmente recompensadas con una obra cinematográfica que nos deja el corazón en la mano y nos sigue cuestionando, diez años después, la esencia de nuestro ser interno. Al final, como destacamos en su momento, "No hay palabras, tan sólo aplausos" para la obra de Christopher Nolan. The Dark Knight es una jodida y hermosa obra maestra que cambió para siempre la forma de retratar a los cómics en la gran pantalla.
Así arrancamos, hace diez años, nuestra crítica de cine de la incomparable 'The Dark Knight' de Christopher Nolan, en el sitio web que sería la base para lo que hoy es Revista Level Up. Muchas cosas han cambiado desde la tarde que salimos de la sala del cine con el corazón hecho un puño y las emociones a flor de piel, tras visualizar la que considerábamos la mejor película que se hubiese producido en la historia del cine de super héroes. Nuestra calificación final: un sólido 10 de 10 que igualaba la nota perfecta con la que habíamos calificado a 'El Padrino' en el extinta revista de cine 'Mundo Retro'.
Diez años después, la sensación es la misma: The Dark Knight es una obra maestra que cambió para siempre la forma de ver a los cómics en la gran pantalla. Christopher Nolan logró lo que nunca antes se había alcanzado en el género: hacer ver el cine de super héroes como algo real. Desde sus primeros minutos y hasta su sublime final, The Dark Knight nunca se sintió como una película basada en cómics, sino que al contrario, cada segundo del largometraje se percibía como un profundo y estilizado retrato de una sociedad compleja, cínica y corrupta que se ve perfectamente recreada a través de una serie de personajes cargados de matices grises que son la piedra angular de una exquisita atmósfera de misterio y fatalismo, en la que nunca hay verdaderos héroes o finales felices, sólo decisiones en la que los protagonistas cargan con el peso de sus propios pecados.
Temas como la anarquía, el caos, la justicia y la verdad se hicieron presentes para colmar las bases de un mundo oscuro, real y crudo con el que las personas fácilmente se sienten identificados. Una historia cargada de frases y escenas que llegan hasta los huesos en el continuo cuestionamiento de lo que realmente somos y queremos. De abrazar o no la realid que vivimos, y la forma en que la asumimos. Y eso es lo que hace tan real y tan grande la historia de The Dark Knight. El viaje hacia nuestro lado más oscuro en el arco de la historia de Harvey Dent es la piedra angular detrás de una incomparable obra maestra.
Porque al final, The Dark Knight no solamente se trata solamente de la lucha entre un masoquista multimillonario -que trata de enfrentar los fantasmas de su pasado golpeando criminales con sus propias manos-, versus un despiadado y sanguinario asesino conocido que ha puesto de rodillas a la ciudad con unos kilos de pólvora y unos cuantos galones de gasolina. Se trata también de la historia de un hombre atrapado entre el enfrentamiento de dos criaturas mitológicas, cada una de ellas igual de lógica y poderosa, buscando utilizarle directa o indirectamente en aras de cumplir sus propósitos más nobles o más oscuros; convirtiendo a Harvey Dent en la perversión de ese caballero blanco, íntegro y moralmente respetable que se convierte en el fiel reflejo de un hombre que lo ha perdido todo y en el que ya no reside ni una pizca de moral o esperanza.
Un mensaje que se mantiene a través de todo el metraje y se consagra en sus minutos finales para firmar una de las piezas más importantes en la historia del cine moderno. La pérdida y recuperación de la esperanza en un mundo en el que no existen matices. "O mueres como héroe, o vives lo suficiente para convertirte en el villano" es la tónica de un mensaje que queda marcado con fuego y nos regala la mejor interpretación de lo que representa realmente ser Batman. El peso de tomar la decisión que nadie más puede o quiere ser. La responsabilidad de encarar nuestros miedos. "Por que eso es lo que tiene que pasar. Por que a veces la verdad no basta. A veces la gente merece más. A veces la gente merece que su fe sea recompensada".
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Y esa la sensación final que hace tan grande a The Dark Knight. La sensación de que nuestra fe y esperanza han sido fielmente recompensadas con una obra cinematográfica que nos deja el corazón en la mano y nos sigue cuestionando, diez años después, la esencia de nuestro ser interno. Al final, como destacamos en su momento, "No hay palabras, tan sólo aplausos" para la obra de Christopher Nolan. The Dark Knight es una jodida y hermosa obra maestra que cambió para siempre la forma de retratar a los cómics en la gran pantalla.
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