Jorge Luis Pinto: El hombre que regresó, luchó y triunfó...

Lágrimas de alegría. No existe una sensación más gratificante que ello. Cuando el fruto del trabajo, el esfuerzo y los sacrificios finalmente da resultado. Costa Rica ha sellado su pase al Mundial 2014. Un camino lleno de injusticias, sufrimientos y agonías. Creer que una selección clasifica caminando a un Mundial se lo dejamos a expertos en tragarse amargamente sus palabras -gracias Faitelson por ilustrarlo a la perfección-. ¿Qué nos costó el partido? ¿Qué sufrimos hasta el último minuto?. Hoy todo eso ha quedado atrás. Ese es el precio de una eliminatoria. Clasificamos. A dos fechas de cerrar la hexagonal, tenemos el tíquete en la mano. Es lo único que importa.

La alegría de un país reflejada en los rostros de veintidós jugadores son la muestra clara del proceso que por tantos años hemos demandado. Sin embargo, nada ha sido obra de la casualidad.  Hace ocho años Jorge Luis Pinto fue despedido de forma injusta de nuestra selección nacional. Los terroristas del micrófono, esos que hoy se suben rápidamente al carruaje de la victoria, le brindaron una puñalada trapera. Campeón de UNCAF y con un pie en el Mundial del 2006. El poder detrás del trono tenía sus intereses, y la bestia informativa cobró su víctima.  El sueño del técnico colombiano se diseminó a lo lejos.

"Cómo no estar dolido, si tenía un sueño de un mundial, si me dediqué con todo a buscar éso, pero no se pudo dar", señaló Don Jorge Luis en su momento.

El fracaso en Alemania y la dolorosa eliminación a Sudáfrica en territorio norteamericano fundamentaron que nuestro país era un barco a la deriva en materia futbolistica. El atropellado paso de Lavolpe por nuestro territorio solo sirvió para acentuar la crisis. Era necesario un golpe radical de timón. Muchos nombres sonaron en el ambiente. Pero fue uno el que más interesado se mostró. El hombre que había sido despedido por la puerta de atrás, volvió para levantar la mano e intentar enderezar el rumbo. Dejó atrás el pasado y encaró con fuerza y honor la complicada tarea. 

 La defensa nunca había sido una característica distintiva del fútbol tico. Pero todo esto ha cambiado, con resultados sorprendentes. Su seleccionador, ha conseguido inculcar un grado de solidez y seguridad defensiva inusitado hasta el momento. (FIFA, 2013)

El inicio de la eliminatoria no fue fácil. Rescatando un punto de oro en Panamá tras ir perdiendo dos a cero.  Las críticas nunca se alejaron de su lado, pero el técnico colombiano permaneció fiel a su estilo. Convirtió al estadio que todos rechazaban en una verdadera fortaleza. Ante la polémica, los oportunistas lo atiborraron de pedradas, pero nunca dejó de confiar en su trabajo. Defendió a muerte a sus muchachos en la batalla de la nieve. Y estos lo respaldaron. La afición valoró el esfuerzo y se unió al conjunto patrio. Costa Rica pasó de un juego inconstante y desordenado, a "una potencia centroamericana capaz de reinventarse a sí misma para convertirse en un conjunto férreo y tácticamente astuto" que puntuaba de visita y de local. Pinto creyó en el trabajo y la disciplina, esa que tanto nos cuesta a veces a los ticos, y el arduo trabajo dio finalmente sus frutos.

Aquel triunfo parece indicar que, en la CONCACAF, el fortín más 

inexpugnable y amedrentador ya no se encuentra en Ciudad de México, 

sino en San José (FIFA, 2013)

Costa Rica se sube al avión para disputar su cuarto campeonato mundial. Los números hablan por si solos. Campeones de UNCAF, segundos en la eliminatoria y con pase mundialista en mano a falta de dos fechas de concluir la hexagonal. El mérito es de todos: afición, jugadores, y cuerpo técnico. Pero hoy me quedó con la figura del director técnico. Ese que pocas veces resplandece, pero es el centro del proceso. El hombre  que llama a la calma en las victorias y aprende de sus derrotas, uno que hoy se convierte en claro ejemplo de que sin importar las circunstancias, o las veces que caigas, es indispensable creer en uno mismo y seguir luchando por ese sueño, indiscriminadamente de lo loco o distante que se vea. Si somos fieles a nosotros mismos. Tarde o temprano, llega la recompensa.

He luchado toda mi vida para llegar hasta acá. He sido un hombre honesto, trabajador. 

Tuvimos momentos muy fuertes en la eliminatoria y los superamos. 

Costó mucho... pero hoy estamos en la Copa del Mundo.