¿Qué hace fuerte a un hombre? ¿Su inflexibilidad por conseguir una idea imposible, o la lucha interior por hacer frente a sus miedos? Es la pregunta que escuché hace unos días en boca de David Docel y tengo que confesar que no ha dejado de darme vueltas en la cabeza. ¿Donde esta nuestra victoria absoluta como seres humanos, la conquista de todo lo que nos rodea, o la superación de nuestros temores internos?
Hablar de mi temor a las alturas podría formar parte de un proyecto en psicología, sin embargo creo que no es algo que valga la pena mencionar. Ya que por extraño que parezca, iba más allá de un trauma creado en los días de infancia. Era la bestia negra que impedía el desarrollo natural de mis capacidades. Desde el temor a volar en avión, hasta el terror de encontrarme a unos cuantos metros de la seguridad del suelo, este pequeño "trauma" era capaz de nublar mis pensamientos y mermar mi confianza interna cada vez que la situación me lo requería, y aunque suene extraño, no solo tenía luz verde para hacerme quedar mal ante las circunstancias que me rodeaban, sino que a su vez truncaba otras capacidades, que por falta de valor, me era necesario cultivar para alcanzar todas las metas que en la vida me había planteado.
Y es que si algo impide nuestro desarrollo pleno como seres humanos es el miedo. Miedo a fracasar. Miedo al que dirán. Miedo a intentarlo y no poder lograrlo. Miedo. Gran parte de los sueños que van destinados al cajón de los olvidos, tienen como gran aliciente un pequeño saboteador interno diciéndonos "No importa cuantas veces lo intentes, jamás vas a poder lograrlo". Una especie de traidor moderno alojado en la fortaleza de nuestra alma, esperando ver el más predominante signo de debilidad para correr a abrir las puertas a nuestros enemigo y permitirles tomar lo que no es suyo.
Todos los seres humanos luchamos contra ese enemigo interno día a día. Lo mío fue el temor a las alturas. Para otros puede ser un pánico escénico, celos enfermizos, o incluso la dificultad para controlar su carácter. Nadie esta exento de ello. Sin embargo, ante nuestros enemigos, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Tenemos que luchar contra eso. El miedo es una excusa que la historia jamás tomará en cuenta. Debemos encarar nuestros miedos internos, luchar contra ellos y dominarles. Es la única forma real de poder superar algo y empezar a ganar esa batalla que se libra en los interiores de nuestra alma. La batalla por el corazón humano.
Hace ya casi dos años. Para ser más exactos, un 12 de septiembre del 2009. Después de volar dos veces a Cuba, y sacar a flote mis más grandes temores, tome la decisión de enfrentarlo. Primero fue un Forest Canopy en Limón lo que abrió la puerta a la lucha con mis demonios internos. Luego vino el HIMAD Plus. Mi reto más duro. Un ejercicio de cuatro pruebas de altura: Rapel (descenso vertical por una enorme pared de piedra), El Rapto (ser alzados por nuestros compañeros, de repente, por un cable a más de 15 metros de altura), el Salto de fe (subir hasta una plataforma a 20 metros de altura, y saltar al vacío para intentar agarrar una argolla suspendida en el aire) y finalmente una pared de escalada. Todo en un fin de semana.
Aún puedo oler mi miedo con la primera prueba. Estuve a punto de retirarme y dejarlo de lado. Sin embargo algo en mi interior supo que era el momento. La bestia me había acorralado y no quedaba otro camino más que luchar. Y eso hice. Peleé. Apoyado por las voces de nuestros compañeros. Lo hicimos. Pálido como si me hubiera besado la muerte, baje por esa enorme roca, y el espíritu salvaje despertó. Vino la segunda prueba. La nervia se quiso hacer nuevamente presente, pero al final también lo logramos. Y luego vino el salto de fe.
Mis manos temblaban mientras subía por las incomodas ramas de ese enorme árbol. Intente el salto tres veces. Mis amigos desde abajo me apoyaban. Yo hacia ademanes para que me dejaran enfocarme y pensar con tranquilidad. El sudor, la nervia y la presión. Y en el tercer intento, sin pensarlo, saltamos. ¿ Cuál saltamos? ¡Volamos! Mis manos sintieron el frío metal del trapecio y se aferraron a ella. Lo logramos. No podía creerlo. Lo habíamos superado. Estábamos cerca. Solo una pared a 20 metros de altura nos separaban de la victoria.
A la mañana siguiente, magullados por el esfuerzo del día anterior, supe que faltaba algo. Subí un par de metros y caí. Nos levantamos. Y lo intenté de nuevo. Una vez más mi mano resbalo. Mis brazos ya no daban. Estaba cansado. Pero en el fondo, sabía que no había vuelta atrás. Era ahora o nunca. Y escalé de nuevo. Más que la primera. Más que la segunda. Mis amigos abajo apoyaban. Las manos no daban. "Vamos, son solo un par de metros". Mi corazón temblaba. Entonces pude sentirlo. La última piedra. Y llegamos. Hasta el final. No puedo expresar lo que sentí al estar allá arriba. Lo habíamos logrado. Para lo que muchos fue rutina, para mi fue un fin de semana inolvidable. Ganamos.
¿Porque les comento esta historia? Porque han pasado ya casi dos años desde esto. Y en un par de semanas, nos encontraremos de nuevo con esa pared en otra edición del HIMAD Plus. Y mirando hacía atrás puedo darme cuenta de que ese momento tan pequeño, ese trauma que nos había perseguido desde niños, fue superado ese día. Y esa fue la puerta a muchas cosas importantes que hemos logrado desde ese momento en nuestra vida. Quizás no fue algo a grande rasgos, pero fue un buen primer paso. Mi vida cambio radicalmente en muchos aspectos en ese fin de semana.
La superación de ese reto, poder vencer a mi traidor interno, me enseño que podía ser capaz de eso y mucho más. Nada externo claramente, pero en el fondo de nuestra alma, el enemigo interno supo que si quería conquistar otras áreas de nuestra en vida, iba a tener pelea hasta el final, tal y como lo hemos hecho hasta en este momento. Porque han pasado dos años y seguimos guerreando por nuestros sueños. Y les confieso algo, la lucha es dura, pero vale la pena, las últimas noticias desde el frente de batalla traen buenas nuevas: seguimos avanzado, estamos ganando...
Es por eso que antes de irme, quiero lanzarles la pregunta que me ha dado vueltas en estos días, y escuchar sus opiniones sobre el tema. ¿Cuál es su temor interno más profundo? Eso que les impide llegar hasta la meta que han soñado, pero sobre todo, ¿que están haciendo para no caer derrotados? Será un placer leer sus comentarios. Un abrazo!
pd. Gracias amigos por sus comentarios y apoyo a lo largo de estos meses. Se que quizás ya no publicamos como antes, pero seguimos disfrutándolo tanto como ese primer día. Gracias por permanecer a nuestro lado.
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Hola Pablito!!!! me gusto tu escrito. Sobre todo que nos compartieras tus miedos, que eso no lo hace cualquiera, ya que muchos tienen miedo a ser vulnerables...
ResponderEliminarYo también tengo vértigo pero sobre todo cuando paso por puentes y debajo hay carreteras, ufff.. el mareo me da una ansiedad... que comienzo a hiperventilar... tengo que ir como caballo cochero sin mirar a los lados... jaa.. al menos le encontre una solución...
Ahora bien ... en cuanto a tu pregunta... mmm te digo un secreto? no me gusta ir al médico... me da miedo el que me dirá... ya que por conocimiento a penas solicita un exámen ya me estoy haciendo ideas de que cree que tengo... otro miedo es entrar a los quirófanos en calidad de paciente... uffff...
y tengo una colección de miedos que no acabaría... créeme... pero bueno... el mayor miedo era quedarme sola, en un lugar sin conocer a nadie, y estos meses lo he combatido... viviendo sola, en un país donde no conocía a nadie... , los miedos hay que enfrentarlos por decisión propia, hay momentos que nos obligan a enfrentarlos de forma espontánea porque no nos quedaba de otra, y esos son los momentos más traumáticos. Pero si lo hacemos por decisión propia... es muy distinto el final...
Besos y abrazos Pablito, me alegro que todo este bien en tu vida, espero leerte más seguido.. besos y abrazos, nos estamos leyendo.
Mi temor es perderme, verme al espejo y no reconocerme...es como un dilema, ceder o ser egoista, siempre te piden ceder, pero no siempre es bueno y esa delgada línea es la que a mí me hace temer. Me quedo y dejo parte de mi escencia o me voy y sigo intacta...sola. =) besos, solo pasaba a saludar!
ResponderEliminarHola amigas!!
ResponderEliminarAnita: Amiga, primero que nada, que gusto verte de nuevo. Y segundo, gracias por ser tan sincera. Uno de los más grandes obstáculos con los que podemos encontrarnos en la vida es el miedo a hacer algo, y es por eso que debemos enfrentarlos como tu dices, por decisión propia, porque la satisfacción es muy diferente al final.
Me alegra que hayas encontrado una manera de poder ir superando cada uno de ellos, en especial el de estar sola en un lugar desconocido, porque realmente es algo complicado. Lo del médico descuida, yo a mis 25 años, tengo que reconocer que odio las agujas, aunque es ironico pensar que de niño era el primero en pasar a que me inyectara en las campañas de vacunación.
Un enorme abrazo amiga, nos seguimos leyendo!
Alexa: Bienvenida! Gusto verte por acá señorita. La verdad creo que es un temor valido, no podemos permitir que nuestra esencia sea borrada del todo, tenemos que permanecer firmes en lo que creemos, y lo que queremos. Me gusto ese punto de vista. Saludos!!
Un enorme abrazo a ambas!
De esas 3 pruebas, con la única que hubiera tenido problemas es con la del salto de fe... Y tiene mucho que ver con muchos ámbitos de mi vida.
ResponderEliminarPero como dices, hay que enfrentarlos.
Saludos
Enhorabuena por tí, por enfrentarte a ese miedo y vencerle. Yo también tengo un poco de miedo a las alturas, pero sólo un poco, lo que realmente me da miedo es quedarme encerrada en algún sitio sin escapatoria, pero imagino q lo voy superando diariamente, ya que todos los días tengo q entrar en sitios cerrados. Al principio me entra un poco de agobio pero luego consigo q se me pase.
ResponderEliminarMuchos besos!!
Llevaba tiempo sin comentarte pero aquí sigo leyendo tus cosas q como siempre hacen pensar.
Besoss!
Yo tengo un pavor por todo animal rastrero, sin patas en especial los gusanos y debido a ese temor he decidido que me incineren para que esos bichos no me coman.
ResponderEliminarNunca lo superaré, de todos modos ni quiero.
Me dan horror!.
Un abrazo Pablo, te felicito por enfrentar tus miedos y salir adelante.
Pablito, como siempre tan reflexivo tu post, ahora me has dejado con un tic tac en mi cabeza jajaja... miedos, miedos; creo que uno es volar,aunque no lo crean, el otro al sacarme cualquier radiografía asi sea del dedo meñique jijiiji, pero puedo decirte que poco a poco los estoy venciendo...aún me queda uno
ResponderEliminarBeshos a la distancia!
Podes ponerle la firma men - el miedo es esa gran bestia dentro de nosotros, inmovilizandonos, cortandonos los miembros y alejando cada vez mas el horizonte.
ResponderEliminarY lo peor es que a travez de la vida si te descuidas los cultivas hasta que se hacen mas grandesque vos, se suman nuevos, te invaden hasta que vuelves paralitico.
Yo tengo un gran reto este año y es al menos proponerme un proyecto para independizarme, al menos la idea - ya pasaron dos meses y no tengo nada puedo culpar a la falta de tiempo cuando en realidad es miedo lo que domina en el fondo.
Buen post fren - empujon necesario para mi proyecto- el panico a las monjas puede esperar jeje
me has recordado algo...no temas, cree solamente...besos
ResponderEliminarY es que así es, debemos de afrontar nuestros miedos e inseguridades alguna vez en la vida.
ResponderEliminarCaminar doblegándolos o en el mejor de los casos olvidándolos para seguir por este trayecto cada vez más livianos y seguros. Bello post.
Gracias por tus palabras de apoyo.
Un fuerte abrazo!
Hola amigos!!
ResponderEliminarHeidy: Si en realidad, esa fue una de las más complicadas, si bien el ascenso por la pared fue duro, ese salto hacia el vació tuvo una gran repercusión en mi vida. Me alegra haberlo hecho ;D Un enorme abrazo amiga, feliz cumpleaños!
Vane: Gracias amiga por estar siempre al tanto. Es un miedo valido, el quedarnos sin salida, pero creo que siempre hay una forma de escapar, es cuestión de tiempo para descubrirla. Me alegra mucho leerte de nuevo. Un enorme abrazo!
Malquerida: Que vacilon, yo la verdad nunca he experimentado eso por un animal, pero entiendo completamente lo que sientes. Gracias por el apoyo amiga, y por ser tan sincera. Un enorme abrazo!
Jeanne: Gracias amiga, me alegra que te haya gustado, pero sobre todo que te haya dejado pensando. Es bueno compartir nuestros miedos, nos recuerda nuestras limitaciones, y nos pone a recordar el compromiso de encararlos y vencerlos. Adelante con eso. Un enorme abrazo!
Andrés: Hey bro! No sabes cuanto me motiva saber que este post te ha impulsado a seguir uno de tus sueños. Espero de verdad que dejes atrás ese temor natural al fracaso, y puedas entrarle con todo a ese proyecto. Un enorme abrazo!!
Su: Así es Su, hay que creer, y luchar. Un gusto leerte de nuevo ;D
Delfinenlibertad: El momento más complicado es dar ese paso, pero una vez que lo has dado, la perspectiva cambia rotundamente. Gracias a ti por leerme, un enorme abrazo!!
Gracias por siempre estar a mi lado. Un enorme abrazo!!
wow un post con el q definitivament lloré... uno de mis más grandes miedos es tamb la altura... y con sólo imaginarme ante las situaciones q cuentas me estremecí y no logré evitar soltar lágrimas... felicitaciones d corazón x haber superado ese miedo :) y pues yo sigo en el proceso... una d las cosas q me encantan es subir a árboles ntoncs cada vez q subo a uno intento dar un paso más allá :) no siempre es fácil, pro siempre se da el paso para continuar... gracias amigo x compartir con nosotr@s tantas cosas :)
ResponderEliminarAmigo:
ResponderEliminarMil disculpas por apenas pasar a este tu excelente blog, pero he andado un poco ausente de todo.
En cuanto a tu pregunta, creo que uno de mis miedos es a ya no recordar cosas, a que me pregunten algo y no recuerde, y siento ese miedo en estos momentos porque a veces me desespero de no recordar que hice o que deje en alguna parte.
Es verdaderamente frustrante.
Me da gusto que hayas superado ese miedo, eso fue un logro para ti, al contrario a mi me fascinaría andar por las alturas =)
Te mando un abrazo.